marzo 01, 2012

CAP 34...

A eso de las dos de la mañana, olvidada la discordia, entrelazados en nuestra cama, en medio de una charla sobre flores, inventos, sobre lo perfecta que podía ser la vida para nosotros, suspiré.
— ¿Recuerdas mi vieja definición? —dije—. ¿Un alma gemela es alguien que satisface todas nuestras necesidades constantemente?
—Sí.
—Entonces creo que no somos almas gemelas.
—¿Por qué?
—Yo no tengo necesidad de discutir —dije—. No tengo necesidad de pelear.
— ¿Cómo sabes? —observó ella, suavemente—. ¿Cómo sabes que no es el único modo de hacerte llegar algunas lec­ciones? Si no necesitaras pelear para aprender, no crearías tantos problemas. A veces no te entiendo hasta que te eno­jas. ¿No hay para ti veces en que no comprendes lo que quiero decir hasta que grito? ¿Hay alguna regla que nos prohíba aprender sino con besos y dulces palabras?
Parpadeé, sobresaltado.
—Yo pensaba que con un alma gemela todo instante debía ser perfecto. Entonces ¿cómo pueden pelear las almas gemelas? ¿Quieres decir, wookie, que sí es perfec­to? ¿Qué aun cuando chocamos hay magia? ¿Porque el choque materializa entre nosotros una comprensión que antes no existía?
—Ah —dijo ella, en la dorada oscuridad—, vivir con un filósofo...


No hay comentarios: