marzo 23, 2013

y la vida siguió


No sé si puedes sentir lo que yo no digo.. pero ayer no quisiste dormir en tu camita.
Desperté en la madrugada y te vi acurrucada a mis pies. Te llamé hacia mí y así dormida me abrazaste.

No sé si fue mi subconsciente que me da ánimos; o el angelito de la guarda, al cual ya no rezo, que no me ha abandonado.
Pero tuve un sueño esperanzador.
No por las imágenes, personas o hechos. Sino por cómo me sentí.
Era un tren, con un asiento extraño que me obligaba a sentarme junto a un joven.
No recuerdo su nombre, si su sonrisa y su mano extendida hacia mí, presentándose.
Recuerdo la gracia que me dio esa situación. En serio, quién se presenta así ahora?
No recuerdo sus palabras textuales, aunque tuvieron un sabor a nostalgia.
Mira qué "casualidad" dijo. Y yo recordé "causalidad". ..
Pero me sentí mejor.
Mi sueño me mostró que así como sigue la vida, debo seguir yo.
Quizá no con las mismas ganas, quizá no con la misma ilusión.
Y aunque no lo sienta así ahora, volverán a mí, esas ganas, esas ilusiones que he colgado en la pared por ahora.

Por ahora… luego las retomaré. Sé que así será.

Gracias hija mía por abrazarme mientras duermes, por aferrarte a mí cuándo soy yo la que más te necesita.
Gracias angelito de la guarda por purificar mi alma en sueños. Por sentirme renovada en sueños.


“Y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido” Joaquín Sabina.

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