septiembre 07, 2012

Palabras que deberían ser besos y versos


Una noche de mayo la vio..

Una noche de mayo la vio y le gustó.. le gustó su tamaño, su color.. era ideal..
Tocó su superficie y le gustó su textura, la respiró un poco y le gustó su olor.
Le gustó su reflejo a la luz de la luna, le gusto el retorno del eco al ritmo de una canción.
Quedó cautivado..
No le tomó mucho tiempo decidir que la quería, y simplemente la tomó.

La llevaba en el auto y la observaba un poco mientras la luz cambiaba al rojo.
La observaba de reojo aún sin atreverse a tocarla nuevamente.
La llevó a su casa y la enseñó a su familia y a sus amigos cercanos.
Los destellos al darle  el sol, los cambios al mojarse, los temblores por el frío.
Estaba encantado..

Y la colocó en su sillón para ver televisión juntos.
Y le acompañaba en el escritorio mientras revisaba sus informes.
Y se dirigían a la cocina para bailar un poco antes de almorzar.
Porque se había enamorado..

...
Sin embargo, los días pasaron..

Vino el monsón y casi se lleva todo, pero sumaron sus ganas y se quedaron.
Inclusive tuvieron una Luna Azul en el mágico cielo de agosto.
Se juntaron sus risas mojadas y sus plegarias..

Pero el amor.. se había contaminado de dudas.
Se ensució la ilusión de razones.
Se manchó la esperanza de objetividad.

Y la textura antes perfecta se descubrió con pliegues.
Pliegues que ya existían y no se quiso ver?
Pliegues recién nacidos, paridos por un Pigmalión?

Pliegues en su textura..
Desniveles en su voz..
Rojo sangre en uñas ausentes..
Faldas cortas sin usar..
 
Necesidad.. necesidad de destellos, de orquídeas.
Inquietud.. inquietud por un cactus lleno de espinas.
Temor.. temor de un alacrán imaginario.

Necesidad de ti.
Inquietud por la realidad.
Temor de perderme y perderte.

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