Oración diaria de los colaboradores de la Madre Teresa:
Haznos dignos Señor de servir a nuestros semejantes de todo el mundo que viven sumidos en el hambre y la pobreza.
Dales a través de nuestras manos el pan de cada día, y a través de nuestro amor comprensivo la paz y la alegría.
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz; que donde haya odio ponga yo amor; que donde haya agravio ponga yo el espíritu de perdón; que donde haya error ponga yo verdad; que donde haya duda ponga yo fe; que donde haya desesperación ponga yo esperanza; que donde haya oscuridad ponga yo luz; que donde haya tristeza ponga yo alegría.
Señor, concédeme la gracia de poder consolar en lugar de ser consolado, de comprender en lugar de ser comprendido, de amar en lugar de ser amado, porque olvidándose de uno mismo es como uno se encuentra, perdonando se es perdonado y muriendo se despierta a la vida eterna.
Adaptada de la oración de San Francisco de Asís.
No hay comentarios:
Publicar un comentario