Hágase tu voluntad, Señor. Porque Tú conoces la flaqueza de corazón de tus hijos, y sólo das a cada uno un peso que pueda cargar. Que tú entiendas mi amor, porque es la única cosa que tengo realmente mía, la única cosa que podré llevar a la otra vida. Haz que se conserve valiente y puro, capaz de seguir vivo, a pesar de los abismos y de las trampas del mundo.
Sacado de “A orillas del río piedra me senté y lloré” Paulo Coelho
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