Se te está viendo la otra.
Se parece a ti:
los pasos, el mismo ceño,
los mismos tacones altos
todos manchados de estrellas.
Cuando vayáis
por la calle
juntas, las dos,
¡qué difícil el saber
quién eres,
quién no eres tú!
Tan iguales ya, que sea
imposible vivir más
así,
siendo tan iguales.
Y como tú eres la frágil,
la apenas siendo,
tiernísima,
tú tienes que ser la muerta.
Tú dejarás que te mate,
que
siga viviendo ella,
embustera, falsa tú,
pero tan igual a ti
que
nadie se acordará
sino yo de los que eras.
Y vendrá un día
-porque
vendrá, sí, vendrá-
en que al mirarme a los ojos
tú veas
que pienso
en ella y la quiero:
tú veas que no eres tú.
Pedro Salinas
Esa Otra, pensé que ya no existía. Pensé que la había destruido, pensé...
Me avergüenza saberla dentro de mi, me avergüenza encontrarla.
No tanto porque me quieras o no me quieras ahora que la conoces.
Sino porque soy yo la primera en repudiarla.
Repudio, vergüenza, asco. De esa otra. De mi.
2013: este año la mataré. Cuesteme lo que me cueste.
fin de la transmisión.
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