Esto de tener los (re)sentimientos guardados por algún tiempo no es bueno.
O lo hablas sin siquiera respirar o lo escribes convulsionando. Pero lo
expulsas.
O lo gritas en la cara o lo gritas frente al espejo. Pero lo gritas.
Porque luego..
Es letargo y desgano.
Es fastidio y repudio.
Es pastoso y espeso.
Es exagerado y excesivo.
Es verdad acumulada.
Y no es bueno..
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