Nuestra hija cumple 15 años dentro de pocos días.
Y sí es mía, así como me dijiste hace unos meses... es mía pero también es un poco tuya, el 50% de su genética es tuya, el humor, esa forma a veces cerrada que me desespera y me hace contar hasta 20 para que empiece a hablar es definitivamente tuya, esa paciencia la desarrollé contigo y la practico al menos una vez al mes con ella.
Es mía porque son mis brazos los que la sostienen cuando no puede dormir, es mi canto el que aún hoy con casi 15 años la relaja, es mi risa la que la desespera y la hace reír. Es mía pero te veo en ella. Nunca te pude olvidar porque cada día de los últimos 15 años te he visto en ella.
Te he aborrecido, detestado, insultado por cada lágrima que ella ha derramado por ti. Te he perdonado solo por el hecho de haberme hecho madre.
Te amé tanto y con locura.Y aunque ahora digas que era un niño idiota, aunque ahora lo niegues yo sé que me amaste con esa inocencia del primer amor. Así nos amamos y así trajimos al mundo a un ser que es tan mía como tuya.
Tú no lo ves así. No sé qué pasó en tu vida, en tu mente, en tu corazón... Solo sé que quisiera abrazarte y darte gracias porque yo he sido feliz, infinitamente feliz estos 15 años.
Nota para mi mismo: ja ja sí, obvio que es un abrazo imaginario. El no entendería mi felicidad.
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