A los 22 me sentía normal, ahora veo que tenía grandes cantidades de energía, para trabajar, estudiar, bailar, pasear, trasnochar estudiando, trasnochar trabajando, trasnochar bailando y al siguiente día seguir.
A los 24 con una hija casi recién nacida, me sentía cansada, ahora (gracias a las fotos) veo que tenía unas ojeras perennes y oscuras, que fueron menguando con los años sí. Pero no recuerdo cómo logre trabajar con sueño durante un año casi.
En cuestión de personalidad, mi yo interno, mis ángeles y demonios... ahora veo que los tenía y por montón, inestabilidad y temores, ansiedad, angustia por deber ser y no ser.
Es más fácil analizar y entender lo que sentí ayer que lo que siento hoy.
He cumplido 31 años y esto de la edad es un poco raro.
Todos dicen, wow no pareces. Y yo digo, es la genética. Pero me veo al espejo y el reflejo no me dice esta mujer tiene 31 años.
El reflejo me muestra quizá algo que solo yo veo, los pies en la tierra, el corazón brillante, la ilusión abrazada a la realidad, paz, tranquilidad, esperanza. A pesar de las crisis económicas, mundiales, políticas y existenciales...
Ahora sé, a diferencia de a los 21, que el tiempo viene con turbo incorporado, no te das cuenta y vuela! Y eso me asusta pero no. Me asusta por decirlo de alguna manera porque una parte de mi me dice que debo estarlo, que deben haber alarmas encendidas, alarmas de matrimonio, hijos, casa y carro. Por otro lado, luego de haber atravesado algunas tormentas, estoy disfrutando este período de paz, de metas cumplidas (maestría, trabajo, tranquilidad económica -no holgadez pero sí tranquilidad que ya es bastante)
Dentro de poco, tendré 33 y en un parpadeo 35. Y tal vez en ese momento pueda ver mucho mejor estos 31... Por ahora, me quedo con una frase que leí ayer
"No solo celebramos años, celebramos la vida"
Amén por eso.
Qué viva mi vida!
No hay comentarios:
Publicar un comentario