Escucho el eco de sus voces, el susurrar de sus ropas contra el suelo, veo su sombra a través de las ventanas, sé que están ahí a pocos metros de distancia, sé que lo único que nos separa es el cristal. He corrido las cortinas porque no quiero verles claramente, no quiero ver sus ojos y reflejarme en ellos.
Siento que me falta el aire, pero si abro las ventanas ustedes se colarán por ahí. Estoy tiritando, no sé si sea de frío, pero si enciendo la chimenea ustedes entrarán, y aquí estoy segura. Encerrada. Pero segura. La rendija de la puerta me muestra si ya amaneció o si llueve o si neva.. No tengo mucho contacto con el exterior. Quiero salir pero ustedes están afuera. Y les temo.
Quisiera que llegue el día en que puedan pasar, abrirles yo la puerta principal e invitarlos a compartir una tarde de otoño. Quisiera conversar con ustedes. Pero aún no es el momento. Porque la conversación que entablaremos no sé qué fin tendrá. No tengo los argumentos para rebatirles nada. En este momento todo apunta al NO, y quisiera convencerles y convencerme de que la mejor solución es SI.
Por eso estoy aquí, con frio cuando afuera hay un sol primaveral, con calor cuando llueve, nostálgica en la primavera. Esta es mi realidad. Porque no quiero dejarme convencer por ustedes, por eso les huyo, por eso me escondo.
Ideas, pensamientos, miedos, inseguridades..
Disculpadme pero aun no estoy preparada para dejarles entrar..
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